El Concierto

martes, octubre 11, 2005

Solo retazos de lo que vi escuché llegan a mi memoria y la experiencia me dice que no es mi falta de memoria lo que me lleva a olvidar detalles que debería recordar si una fan deseo ser llamada, sino la sobrecarga de emociones que me llevan a escribir esta crónica en este momento, ni antes ni después.
La oscuridad de la fría noche bogotana comenzaba a caer cuando Diana y yo llegamos a la fila que nos daría entrada al estadio. En ese momento, mi estómago decidió recordarme que mi único alimento de ese día había sido el consabido café de la mañana con un pan a medio terminar por la ansiedad de ver lo que me deparaban las horas, y uno que otro mordizco de un sanduche que, hacia poco, Carolina me había compartido en la oficina. Es aquí cuando supongo he de aclarar, que Carolina ya estaba dentro del estadio, tratando de abrirse paso hacia el frente de la zona VIP con una boleta comprada de su propio bolsillo. Pasar los dos anillos de seguridad que se 'montan' para todo evento de esa magnitud en el campín, fue una experiencia casi que de nunca acabar, no solo porque mi ánimo no estaba para que revisaran la ropa y la maleta hasta el más minimo detalle, sino porque el cuerpo comenzaba a decirme que había sido cruel y despiadada al correr de un lado para otro con el malestar general que llevababa encima desde hacía tiempo atrás. El caso fué, como dicen mis paisanos, que entramos a la desordenada y multitudinaria zona de gramilla del estadio el campin cerca de las 6 de la tarde. Imaginarán que siendo un estadio lo que nos acogía aquella noche, la tarima estaba por lo menos a cuadra y media desde el sitio en el que decidimos quedarnos, es decir muchos pasos y lágrimas atrás de la experiencia de aquella tarde en la prueba de sonido, cosa que me recordó esa memoria selectiva que suelo tener y que me hizo sentirme supremamente triste y sola.
Si, a pensar de estar con esta encantadora mujer cuya madre decidió llamarla Diana, sentía que estaba parada en medio de la nada mirando hacia una luz lejana, de la que pensaba, merecía estar más cerca.
El tiempo pasó en medio de mi charla liviana con Diana acerca de lo terriblemente cara que era la entrada a esa localidad para ser tan extremedamente incómoda, de como la gente que estaba en las graderías detrás de nosotras comenzaba a hacer el ambiente de concierto, coreando cosas y haciendo olas que comenzaban con los brazos y terminaban en aplausos. Canciones de Juanes eran gritadas por aquellas personas que como yo, tenían la fortuna de haber conseguido una entrada a ese concierto, "el concierto" si le preguntaban a cualquier parroquiano que caminara por la calle y es que en Colombia se respira Juanes porque Juanes vive a Colombia en cada rincón al que se le permite ir y ese amor, es reciprocado por todo aquel que en su alma ha pintado el amarillo azul y rojo. Ese pensamiento me dió ánimo, por lo menos estoy adentro me dije suspirando profundo para llenarme de esa energía que la gente ya comenzaba a derrochar. Quería prepararme para lo que sabía sería un maremagnum de emociones mucho mas intensas que cualquiera que hubiera vivido por y con Juanes porque éstas, estarian pintadas del sentimiento mas fértil y fuerte de todos: la melancolía.
Solamente en ese momento el dolor y el vacio que esa mañana se habían apoderado de mi estómago, descendieron al lugar correcto, diciendome que yo tambien había encontrado el mio, había de pagar mi atrevimiento de acercarme más de lo que merecía con la distancia que me separaba del escenario.
Multiples llamadas intercambié con Erika (quien en favor de su salud mental y la paz de su alma decidió no entrar al concierto) y Carolina antes de que la oscuridad cayera por completo sobre el campín, pintando el cielo de un negro tremendamente nítido, un cielo que nos decía que aquella noche no llovería solamente porque mas de 30000 personas estaban reunidas para disfrutar de la energía y el patriotismo del paisa de los ojos hermosos (le queda el título ah?).
Ilona comenzó a cantar y yo a reirme de Diana, que afuerza de escucharla se sabía todas las canciones que la mujer cantaba, 2 de las cuales suenan en la radio y era las que el mundo entero coreaba. Fué ahí cuando me di cuenta de que en las pantallas gigantes del escenario aparecían mensajes de texto que la gente mandaba a un numeral y que me impedían ver lo que pasaba...porque Ilona no mide más de 1 metro y medio, eso puedo jurarlo, pero tiene en voz lo que Dios no le regaló en estatura, que mujer! que talento!, eso es claro, algo que solo puedo decir ahora que lo pienso con sangre fría, porque en ese momento lo único que quería era que cantara rápido para que saliera Juanes!!
Las luces del escenario se apagaron y dejaron solamente algunas para que nos vieramos las caras, como dice mi madre. Mis ojos se llenaron entonces de cada detalle que cubría el estadio, concediendome un segundo de tiempo para recrear en mi mente la imagen que ahora cruza por mis ojos mientras escribo. Las pancartas gigantes que adornaban los laterales del escenario, los globos que como aves exóticas, se alzaban sobre las altas paredes del estadio, las banderas colombianas que la gente agitaba con el viento, los celulares con cámara integrada que se alistaban para cuando el 'acontecimiento' apareciera. Colombia, mi corazón y mi alma se abrieron ante mis ojos y tuve deseos de llorar, tal y como los tengo ahora...Eso es aferrarse a la alegria en medio de las vicisitudes (sp?), esa imagen es Colombia en su más alta y pura expresión, fiesta, compartir y alegria de saber que uno de nosotros lleva la bandera en el alma y la muestra con orgullo al mundo para que se sepa que aqui se nace para ser grande a pesar de todo y de todos.
Fué ese recorrido enfermizo que suelo hacerle a todo para observarlo mejor, lo que me hizo percatarme de que Eva estaba parada en la carpa de los ingenieros, esperando como yo, que comenzara el concierto... y sentí vergüenza. Han experimentado alguna vez esa sensación de querer hacer algo y no poder?, bueno, pues era esa la que me invadía, ella que había viajado no se cuantos miles de kilómetros merecía al menos lo que yo experimentaba, estar en medio de la gente, escuchar susurros locos que decian "ya sale, ya sale", sentir el calor humano que me hace ser yo y que lo hace ser él y que ella quería conocer de primera mano.
"esa es Eva!" le dije a Diana que en medio de su locura no se había dado cuenta de lo callada e inmune que estaba yo a su conversación con todo lo que la rodeaba. Saltos y señas, gritos y silvidos salieron de sus labios (no de los mios porque si de recordar se trata hemos de decir que yo ya no tenía voz para ese momento) pero Eva tambien parecía inmersa en ese mundo intenso que se genera como un agujero negro en el universo Juanes, cuando una multitud se reune a verlo. Comence entonces a hacer uso de ese poder psíquico que me dice mi padre que tienen mis ojos , la mire y la miré esperando que ella lo sintiera. La vimos voltearse mil veces, mirando a todas partes y reimos al darnos cuenta que parecíamos una ola siguiendo la marea que produce la luz de la luna, si Eva miraba nosotras saltabamos y ella pasaba su mirada sin vernos, y luego hacia lo mismo hacia el otro lado, fué divertido hasta cuando conseguimos que nos viera y con una señal nos regalamos esa sonrisa que decía "por fin alguien conocido!". Ya antes habíamos hablado ella y yo de esa posibilidad de compartir tanta energía con tanta loca por Juanes, pero en esa mirada que intercambiamos dijimos ambas cuanto sentíamos que el grupo estuviera ahora dividido por todo el estadio mirando el concierto desde un rincón melancólico y no acabandonos la garganta de tanto gritar juntas. A señas nos dijimos que nos comunicaríamos al terminar el concierto y ahí termino el intercambio.

Juanes salió poco después pero este es uno de esos lapsus que mi memoria no desea recordar ahora, quizas por el grito mudo que mi garganta soltó al verlo o quizas por la punzada que me invadió el pecho cuando solamente con un acorde de guitarra todas las penas y el sufrimiento se me olvidaron...es increible lo que este hombre le hace con su música a mi alma. Image hosted by Photobucket.com
Toda la presentación transcurrio para mi entre girtos y empujones...mas empujones que gritos he de confesar, porque la gente no creía que existiera tanto demente suelto, hasta cuando en no siento penas Diana y yo comenzamos a saltar, o como nos miramos y gritamos "Marik@!" al verlo tocar la guitarra con pasión y desenfreno dejando al aire su cabello suelto para hacerme olvidar de lo fiel que debía serle en pensamiento, palabra y obra a mi novio ( aunque claro, amor de lejos...). El corazón se me iba poco a poco hacia adelante por las ganas que tenía de gritarle que estaba divino y que nunca en mi vida lo había visto tan sexy, pero siempre había algo más que mi falta de voz que me lo impedía, ese reconocimiento interno y profundo de que a pesar de amarlo con locura no me produjo malos pensamientos sino hasta esa noche.
Las lágrimas que necesitaban salir de mis ojos llegaron con Volverte a ver, no solo porque "Daria lo que fuera por volverte a ver" era una frase que resumía toda mi travesía durante ese día, sino porque es para mi, la mejor canción que Juanes ha escrito en toda su historia. Un nudo se hizo en mi garganta y seguramente se hizo visible en mis ojos porque Diana se acercó y me dijo "llora si quieres", solo eso necesité para llorar con el corazón en la mano mientras él derrochaba toda su energía en el escenario y nos pedía que aplaudieramos a los soldados de Colombia, esas palabras liberaron sollozos que se habían encerrado en mi garganta quien sabe cuanto tiempo y deje las lágrimas caer y le pregunté en silencio porque estaba tan lejos si mi esfuerzo merecía menos metros entre sus ojos y las canciones que salian de mis labios...lloré y desahogué todo lo que mi orgullo no me había dejado, pero solo basto una frase mas de Diana para desarmarme por completo "si te viera estoy segura de que te daba un abrazo"...que cruel es Diana! ahora que lo pienso, acaso no era eso lo que buscaba yo en un principio?, demostrarle con un abrazo lo que lo admiro y el cariño imenso que mi corazón guarda por él?...lloré mas y la gente me miró como pensando que seguramente esa canción me recordaba al novio que tengo perdido en las nieves canadienses sin sospechar, que en cada lagrima liberaba mi humillación y mi vergüenza por todo lo que había aguantado y lo poco, pensé entonces, que había conseguido.
Luna salio en sus brazos para mi, de la nada. Pero a pesar de no tener voz mi grito fue tal que la gente siguio mirandome como la loca que soy y lo único que atiné a decir fue "marik@, marik@, marik@..." frase que en el lenguaje mas bogotano del mundo significa "no puedo creer lo que estoy viendo" y adivinen que paso...lloré (como si no lo supieran ) y lloré esta vez no de tristeza sino de orgullo, se me hinchó el alma de saber que estaba en ese estadio y que ese gesto, esa niña en sus brazos, significaba "estoy en mi casa y ésta es mi hija"...no es ese el hombre ideal? , la tenía en sus brazos, frente a una multitud solamente para hacernos saber que ninguna otra parte del mundo merecía el honor de presenciar la primera aparición pública de su pequeña Luna, mi alma se cayó a pedazos cuando lo escuché decir "Luna saluda a tus tios" y en general se escuchó un "ahhhh" al verla levantar la mano y saludar como si fuera una de sus costumbres diarias saludar a 30000 personas que gritaban en coro el nombre de su padre.
Recuerdos de lo que ocurrio despues tengo pocos, guitarras, risas, canciones y miles de recuerdos de años atrás...Escuharlo cantar solo me hizo voltear a mira a Eva porque por lo menos esa promesa le había cumplido, sintio temblar el suelo del campin cuando todos y cada uno de nosotros cantamos la canción con el mismo desenfreno y el mismo ramo de recuerdos con el que la cantó Juanes. Lo siguiente que me vienen a la mente es mi encuentro con Eva en una de las vallas que separaban la gramilla del estadio en zonas y la cara de 'ponqué' que tenía Carolina que tambien se acercó desde su lado del estadio. No nos alcanzó el tiempo para contar tantas emociones porque un polícia nos pidio que 'evacuaramos el recinto'. Nos encontramos afuera y mientras caminabamos en medio de caballos y gente dejamos salir todas las experiencias vividas en 3 horas. Los vendedores ambulantes, dejandose llevar por la cadencia de su acento, acosaron a Eva convenciendola de comprar afiches gigantes de Juanes por precios irrisorios que decidimos (como Colombianas que somos) no 'dejarle' comprar y luego tomamos un taxi que nos llevaría a nuestra proxima aventura...la zona rosa Bogotana, en donde hasta las 3 de la madrugada desfogamos toda la energía que ese día nos había dejado.

-FIN-
Nota: Está crónica está basada en ese sentir que aún se mezcla en mi alma al recordar ese día y ese concierto. Pero la perpectiva de las cosas cambió rotundamente al enterarme de que Camila había estado allí también y había vivido lo que yo...me hace pensar entonces que mis lágrimas, aunque no en vano, si fueron derramadas al azar, porque sigo aqui, teniendo memoria de lo que pasó esa noche, memoria de su voz, de Luna, de su rostro de la vida que se veía en sus ojos. Aún no supero el no estar frente a él todo el tiempo teniendo la oportunidad en las manos, pero estuve aunque su ser no pudiera verme y ese es un secreto que como muchos otros, he de guardar entre él y yo a pesar de que él no lo sepa. Gracias a Dios por traerle lecciones tan grandes a mi vida.

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