La tesis sin fin

No tiene fin, de verdad. Estuve trabajando durante todo el semestre pasado para dar con un diseño experimental que me permitiera hacer (estoy viendo CNN y estan dando deportes...por qué estoy vieno yo los deportes?) lo que pretendí desde un comienza, comparar los filtros y ya...pero no, claramente mi ineficiente sentido de la irresponsabilidad no me deja hacer las cosas como el resto de los estudiantes, a medias y sin preocuparme mucho por si tienen sentido. Por esa razón aquí estoy, luego de mi primer día de clases aún dandole los últims ( o los primeros?) retoques al diseño experimental. Lo realmente gracioso es que no tengo ni puta idea de que es lo que estoy haciendo. Comprendo el sentido general del diseño y se que si alguine que tiene menos idea que yo, me pregunta soy capaz de responder e incluso de generar asombro (modest much?)contando de que se trata el asunto, pero estoy segura de que los funcionarios de la OPS, que de hecho saben de diseño experimental y otras variedades absurdas de la estadística, lo van a encontrar gracioso, como a un osito de peluche.

Así que son casi las 10 de la noche del martes, mañana tengo que levantarme a las 5 am para llegar a tiempo a la clase y estoy sentada en medio de otras tesis de grado, libros y platos (porque uno tiene que alimentarse mientras piensa dice mi madre), soñando con que por fin cuando pueda hablar con mi sensei (a.k.a Yadira, mi profesora de estadística y dueña de las llaves del conocimiento universal), ella comprenda que es lo que quiero y por qué supongo que eso que he estado conjeturando durante tantos meses, de hecho sirve para lo que pienso que sirve o si, como no sería extraño en ella, se reirá de mi y me dirá que mejor me vaya a seguir pensando.

Ya lo dirá el tiempo, mientras tanto sigo con mis palnes y con mi nuevo almanaque...un adorno para mi habitación, vía mi mamá, para que no se me siga olvidando todo o no siga simulando que se me olvida pra no tener que hacerlo.

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Fin de semana de película

Bueno es 2 de Enero, mi madre se fué de paseo y yo siento la presión de tener que entrar a mi último año de universidad (por fin!) dentro de 16 días(de los que como es obvio no estoy haciendo cuenta regresiva). Así que me dije...¿Qué hacer?. Todo el mundo anda de vacaciones por suramerica y el caribe (la única que no tiene padres pudientes y/o generosos soy yo parece), no tengo novio porque, afrontemoslo, soy una persona complicada que puede ser -o no- que encuentre algo dificil central sus afectos en un solo sujeto (y he de confesar que es algo que no salio de mis labios...) y finalmente, porque jamás hago pereza y he decidido que eso debe cambiar en este año, así que he estado desde ayer acostada deleitandome con lo más fino y lustroso de la piratería -claramente-. Estas son las películas que he visto y mi opinión sobre ellas, aunque ha nadie le importe más que a mi.

Comencemos con Julie and Julia:
Ésta es una película de esas de ver un domingo por la tarde cuando no hay ánimos de nada más que de "plan arrunchis". Hay que estar preparados, eso sí, con una buena ración de la comida chatarra que más disfruten porque una vez que se metan en el mundo de Julie, una trabajadora estatal de clase media que está casado con, quizas, el hombre mas tierno y tonto del mundo (si, todas sabemos que eso quiere decir que no vamos a ver a Robert Pattinson o su gemelo escondido en la película), que encuentra en la cocina y en un reto impuesto por ella misma para seguir las recetas de Julia Child, un motivo para levantarse todas las mañanas e ir a trabajar a un lugar que, por lo demás, es un sitio de esos que cuando niños soñamos con NO TENER QUE VISITAR JAMÁS de adultos. Antes de la película, debo confesarlo, no tenía idea de que en el mundo existía un mujer llamada Julia Child (o que existió), pero al finalizar, debo decir, la encontré (aunque un poco fastidiosa por su timbre de voz), completamente fascinante. Yo, que lo único para lo que entro en la cocina es para dejar los platos sucios, me séntí inspirada por estas mujeres a disfrutar de los sabores y olores de las cacerolas calientes sobre el fogón o en el horno, y sobre todo de encontrar el placer de la comida en todos los sentidos.
Ésta es una película inspiradora y dulce que lo transporta a uno a un mundo en el que las cosas que uno se propone son posibles y en donde uno encuentra que, como diría Facundo cabral, estar deprimido es estar distraido y no ver que las cosas que tenemos no son tan importantes como las que somos.

El lector:
Esta es una película para los más osados. Si están buscando algo liviano donde haya pajaritos y lucesitas de colores...esta no es la película. Cuenta la hitoria de un muchacho que se siente enfermo al salir de la escuela y es ayudado por una buena mujer que vive en el edificio cuyo piso el susodicho ha decidido adornar con todo lo que su estómago no se sintió capaz de procesar. Luego de que se cura de la "fiebre del estudiantte", Michael, que así es como se llama el niño, es mandado por su mamá (inocente mujer) a que le lleve unas flores a la samaritana que lo ayudó en la calle. El niño abediente va y el agradecimiento termina en un verano lleno de lecciones prácticas para el niño, todas ellas relacionados con el nudismo y las posiciones del Kamasutra ilustrado. El tema se trata con altura, no se puede negar, lo que le da la oportunidad a quien ve la película de centrarse en el desarrollo de una historia de amor inocente y profunda como las que hemos vivido todos los que ya pasamos por los 16...La cosa termina cualquier día por razones que son obvias para ella y que son desconocidas para él y luego es Michael, ya grandecito, quien nos cuenta como ese final es apenas el comienzo de la historia.
Creo que no hay una frase que describa mejor lo que es esta película que la que está en el poster de la misma ¿Hasta donde llegarías por ocultar un secreto?...el secreto es obvio para el que preste atención (y no, no es el romance auqne eso también es un secreto), los limites a los que llegan ambos por guardarlo son estúpidos pero la película es una locura maravillosa. Como siempre Ralph Finnes haciendo buenas películas y ni hablar de Rose, mejor Kate Winslet, la pervertida mas tonta del mundo (en la película obvio).

Slumdog millionaire
Bueno 8 primios oscar no se los dan a cualquiera, aunque claro hay excepciones [CoughHallyBerryCough]...Quien no ha visto ¿Quién quiere ser millonario?, esta es una de esas películas que le da que pensar a la gente. Es entretenida como para verla un domingo en plan arrunchis pero también es buen cine (lo que sea que se describa como buen cine). Cómo diría una de mis amigas es otro nivel de película, de esas que poco se ven y que los estudios con millones de dolares y miles de actores famosos no hacen. Hay que verla, es obligatorio porque de otra forma no podria estar como yo haciendole fuerza a Jamal para que dijera A en la última respuesta para ganarse los 20 millones de Rupias (casi salgo a salebrar con harina y banderas como cuando la selección Colombia ganaba partidos), ni sabría quien es Latika o Salim, o cómo es que los niños ciegos que piden en la calle se quedan ciegos o porque carajos estaría un niños dispuesto a tirarse a una letrina llena de Mierda (por pura inocencia). Es Una película sobre la riqueza de los pobres y la pobreza del dinero, en ella se cuenta la Historia de Jamal y su hermano Salim, dos niños que quedan huerfanos y que, como hermanos, pasan por toda clase de aventuras y trabajos para sobrevivir en un mundo que no entiende de inocentes. Durante su primer día como huerfanitos conocen a Latika, una niña que se convierte en la manzana de la discordia y en la redención de los hermanos. Es una historia de amor, de amor por una niña convertida en mujer, por un niño convertido en matón y por un hombre a quen la crueldad no le pudo arrebatar la habilidad de ser niño. Superpelícula, si es uno de los seres sobre la faz de la tierra que no la ha visto como yo (porque aceptemoslo, la vi realmente tarde), véala porque de verdad que es obligatoria.

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In Memorium

¿Qué podría decirse de un nombre cuyos propósitos en la vida dieron origen a todo lo que en la mia existe?. Las palabras no son suficientes para encapsular la admiración y el amor profundo que siento por mi abuelo, un hombre que en su escoces de palabras podía enseñar muchísimo más que los miles de hombres sobre la faz de la tierra que encuentran en los discursos largos y vacios lo mismo que mi abuelo en sus inmaculados silencios. Era común verlo sentando en algún rincón de su casa, sumido en una burbuja de paz acompañada de un plácido sueño, pero luego, cuando el momento oportuno llegaba y había que dar una opinión cargada de la autoridad que solo confieren los años, su voz retumbaba en el vacio como un trueno. Hablaba increiblemente rápido y su tono profundo hacía sus palabras confusas y azarosas pero jamás poco importantes.


Cuando era pequeña, yo solía pensar que maravilloso debía ser, ser tan grande como mi abuelo, tener unas manos tan inmensas que pudieran envolver las de mis nietos completamente o ser tan alto y tan ancho que un abrazo parecía simular lo que podría sentirse en los brazos de un inmenso oso de felpa y traer la misma paz. A su lado jamás se era demasiado grande como para no ser tratado con amor infantil y con frases de cariño que escondieran la diferencia real entre la sabiduría de sus años y la dulce ignorancia de los mios.

¡Uh mija, eso yo tengo como 100!

Me decía recientemente cuando le preguntaba cuantos años se escondían en sus arrugas aunque el número llegaba a 80 cuando mi cabeza apenas alcanzaba la altura de su panza redonda.
Es dificil no extrañar su presencia aunque silenciosa y más dificil aún aceptar que mis ojos no volveran a ver su inmenso cuerpo cansado. Que no habrá mas "Don pedrinchis ya se va" que salgan de sus labios o "Don pedrito tiene hambre" anunciando sin exigir, la recompensa a una larga vida de trabajo. Sin embargo, en más dificil aún aceptar que algún día mis recuerdos no serán tan claros como son ahora, que su ser se irá borrando de mi mente y volverá solo en algunos momentos y que será solo ese sentimiento de feliz tranquilidad que sentía al verlo caminar lentamente hacia mi con la seguridad de que en cada paso había una nueva experiencia que vivir junto a mi abuelo.

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